Emblema de la ciudad

Emblema de la ciudad
Palacio Municipal de 1888

martes, 20 de noviembre de 2012

Un 20 de Noviembre de 1845-Vuelta de Obligado

Inglaterra fue rechazada dos veces ante la idea de colonizar el Río de la Plata,y en esta ocasión se le sumaba Francia. Unificados en esta alianza, la idea era mediar en el conflicto existente entre Montevideo y la Confederación Argentina, a esto se le añadía el interés de expandir su mercado comercial a través de la navegación. Los recién aparecidos barcos a vapor le facilitaban navegar en los ríos internos ya que no dependían de los vientos. También el interés en lograr fundar una república libre entre Corrientes, Entre Ríos para lograr que el Río Paraná fuese internacional, de navegación libre y así poder comercializar sus productos. Varios conflictos azotaba el territorio nacional en esos momentos: Brasil con sus políticas de expansión territorial sobre el Río de la Plata, sin querer respetar los límites impuestos por el Tratado de Tordesillas en 1493. Las potencias europeas intentando conquistar nuevos mercados para encontrar materias primas, muy barata para la época, ya que el único interés que tenían sobre estas tierras era extender su poder económico y para ello era necesario acabar con el gobierno de Juan Manuel de Rosas quien se oponía a los intereses de estos países desarrollados que pretendían libre navegación de puerto a puerto. Uruguay divididos en Blancos y Colorados, circunstancias que pretendían utilizar los anglofranceses, para debilitar el gobierno de la Confederación. Juan Manuel de Rosas debió afrontar las agresiones de los europeos a través de los bloqueos de 1838 por parte de Francia, resolviéndose con el Tratado Mackau-Arana en 1840 y el enfrentamiento de 1845 en aguas del Río Paraná. Se conocía el derecho internacional que asistía al entonces Gobernador y viendo este que no había forma de que se respetase consideró piratas a todos los que navegasen el Paraná sin autorización. Ante estas circunstancias el primer convocado para armar una defensa sobre el río Paraná fue el irlandés Almirante Brown, reconocido más tarde como el Primer Almirante de la fuerza naval. Uno de sus tantos enfrentamientos con los europeos fue en aguas de este río derrotando al italiano José Garibaldi quien apoyaba las fuerzas uruguayas de Rivera. En el momento en que es convocado estaba sitiando Montevideo y se le pide que navegase hacia Buenos Aires ante la inminente invasión del enemigo. Cuando cumplía dicha orden su escuadra es tomada prisionera por los franceses quienes violaron los acuerdos firmados y navegaron con esta embarcación hasta Vuelta de Obligado llevándola como nave insignia. Ante estas circunstancias Juan Manuel de Rosas acude al General Lucio Norberto Mansilla jefe del Departamento Militar del Norte apostado en San Nicolás para que armase una defensa donde creyera más conveniente. El primer intento del General Mansilla es armar la defensa en el Tonelero (hoy partido de Ramallo, pero las condiciones climáticas le fue adversa por lo que se ve obligado a intentar nuevamente en el primer lugar estudiado para el armado de la misma: Vuelta de Obligado (ya mencionado por Vieytes en 1811 como lugar ideal para defender las costas del Paraná de posibles invasiones). Las barrancas altas, la angostura y curvatura del río, el espeso bosque, hacen del lugar estratégico para Mansilla. Construidas las cadenas meses antes se las coloca cruzando todo el ancho del río sostenidas por diferentes tipos de lanchones y custodiadas por el Bergantín el Republicano al frente del Capitán de Marina Thomás Craig, quien permanece en lucha hasta agotar las municiones y las circunstancias lo obligan a incendiar su embarcación para que no sea tomada prisionera por el enemigo, es así cuando las cadenas quedan totalmente sin defensa y el paso del río a merced del enemigo, quienes no se llevaron todos los laureles ya que varias de sus embarcaciones quedaron totalmente destrozadas y otras debieron ser remolcadas por los dos vapores que llegaron hasta el lugar para poder seguir en combate. Además de las cadenas se colocaron en puntos estratégicos cuatro baterías, donde se distribuyeron los 21 cañones, tres en las barrancas altas y una en la parte baja del terreno. Se hicieron presentes distintos cuerpos de milicia como el de Artillería, caballería, infantería y parte del Regimiento de Patricios, más todos los civiles, entre ellos los jueces de Paz, Juan Facundo Quiroga (hijo del Tigre de los llanos) frente a las fuerzas rurales, muchas mujeres organizadas por la nicoleña Petrona de Simonino. El enemigo superaba en hombres, barcos, armamentos y experiencias de combate, pero aún así no se desistió para el enfrentamiento y la defensa de la Soberanía. El día 20 de Noviembre todo se prestaba para dar comienzo al fuego cruzado entre los criollos sobre las barrancas y los anglofranceses con sus flotas sobre el río. Un enfrentamiento que duró casi todo el día difiriendo el tiempo entre los distintos historiadores, pero al atardecer ya no había contra quien combatir ya que los criollos estaban sin municiones, sin baterias, sin hombres para seguir el enfrentamiento y las grandes diferencias hicieron posible el triunfo (entre comilla) ya que el enemigo no navegó las aguas para comercializar a pesar de los noventas barcos de diferentes banderas que llegaron al río Paraná. Recién después de la Constitución de 1853 se permite la libre navegación por las aguas de los ríos interiores a todos los barcos de bandera extranjeras, estando al frente de la gobernación el General entrerriano Justo José de Urquiza, quien había derrotado un año antes a su par Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros. Más allá de los ideales políticos muchos fueron los reconocimientos al General Juan Manuel de Rosas por la defensa de la Soberanía territorial, entre ellos se destaca el del General San Martín al obsequiar el sable que lo acompañó durante sus campañas;los veintiún cañonazos con que debieron saludar a la bandera argentina y el fin de los bloqueos a los puertos argentinos. Entre los que dejaron su vida por defender la soberanía, se encontraban muchas mujeres encabezadas por Petrona Simonino quien las representa en una placa ubicada en el antiguo sitio histórico del lugar, que es reconocido como sitio histórico muchísimo tiempo después cuando se honra a los combatientes a través del primer monumento y de las primeras placas. Años después ponen en relevancia otra parte del lugar a través de murales con textos mencionando a las diferentes fuerzas combativas y principalmente la proclama de Lucio Mansilla, sobre la cual se levantó el busto del General. En el año 2010 el artista plástico Rogelio Pollicello por encargo de la actual Presidenta levanta en el lugar un monumento basado en grandes cadenas para recordar las usadas en 1845 y el busto del General Juan Manuel de Rosas en color rojo por ser el que identificó a los federales. Los altos miradores permiten tener una visión impactante del río, las islas e imaginar como fue aquel 20 de Noviembre de 1845 cuando defendieron con sus vidas la soberanía del río que circunda la margén derecha de la ciudad cabecera (San Pedro), es parte de no perder la memoria y honrar a los que hicieron la PATRIA SOBERANA.

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